Se situa en un promontorio frente al mar, casi practicamente rodeada por este.
Es la única edificación que lo preside y permite admirar unas hermosisimas vistas. Según las creencias del lugar antiguamente en su interior se encendia un fuego, visible desde el oceano, con el que se avisaba a los navegantes de la proximidad de la tierra. Los Fenicios fueron sus constructores, por los restos que allí se encontraron.
Los pajaros y el viento son su constante compañia, acuna sus sueños el son de las olas que baten contra las rocas.
Sabe de historias de mar como nadie y a lo largo de los años sus piedras se han empapado de lamentos, alegrias, venturas...desventuras, sueños e ilusiones...., de un pequeño pueblo bañado por el Atlantico que mora a sus pies.